Cuando hay estrés en nuestra vida… ¿a dónde nos vamos a buscar las causas?
Siempre buscamos fuera… ¿verdad? En el trabajo, los hijos, el jefe, la pareja, la familia…
Estamos buscando donde no es. Como el que ha perdido las llaves en una habitación oscura de la casa, y las está buscando en la calle, debajo de una farola porque hay más luz.
El origen de nuestro estrés, no está afuera, sino que está en nuestro interior; en nuestra percepción.
Lo que percibimos, acerca de lo que nos sucede, siempre es un mecanismo interno.
TODO ES PERCEPCIÓN.
¿CÓMO ESTÁS PERCIBIENDO EL MUNDO QUE TE RODEA?
¿CÓMO PERCIBES A LOS DEMÁS?
¿CUÁL ES LA PERCEPCIÓN DE TI MISMO, DE TUS CAPACIDADES, DE TUS RECURSOS?
¿CÓMO ES TU RELACIÓN CON EL TIEMPO?
¿CÓMO ES TU RELACIÓN CON EL HACER? ¿HAY EQUILIBRIO EN TU VIDA ENTRE EL TRABAJO, EL AMOR Y EL OCIO?
¿TE SIENTES MERECEDOR DE DESCANSO, DISFRUTE Y COSAS BUENAS?
¿CÓMO ES TU RELACIÓN CON LA CULPA? ¿Y EL MIEDO?
¿ERES CAPAZ DE ENTENDER Y ATENDER LO QUE SUCEDE DENTRO DE TI…TUS REACCIONES, TUS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES?
En estas y otras respuestas, encontrarás las causas reales de tu estrés.
¿De qué sirve ocuparnos de los síntomas, sino sabemos y mucho menos atajamos las causas reales, y no las ficticias?
Para liberarnos del estrés necesitamos una exploración profunda y activa que destape su verdadera causa; oculta muchas veces por el espejismo de nuestra mente y sus estrategias de autoengaño.
Hay personas que gastan muchos recursos y energía en atajar los síntomas del estrés con múltiples terapias; pero mientras sigan las causas, la rueda del estrés seguirá girando, y estaremos poniendo parches, como un analgésico que se limita a enmascarar el dolor que nos está advirtiendo de una causa.
Aquí comparto unas palabras literales del Dr. Psiquiatra David R. Howkins
“Los tratamientos comúnmente prescritos para el estrés son similares a los tratamientos en el campo de la medicina. Tratan de reparar el daño causado por la enfermedad que ya tenemos, en vez de curar la causa interna de la enfermedad.
En las conferencias sobre el estrés, por ejemplo, habitualmente se incluyen los temas siguientes:
Aromaterapia.
Taller de ejercicio físico.
Acupuntura para los trastornos de estrés.
Bio-feedback.
Quiropráctica.
Regulación del estrés.
Nutrición.
Fitness y tablas de ejercicios.
Homeopatía.
Entrenamiento autógeno.
Curación holística.
Masaje y trabajo corporal.
Tanques de flotación.
Equilibrio Dental.
Desarrollo de técnicas mediante el uso de los movimientos del cuerpo.
Como se puede ver de lo anterior, los acercamientos comunes tratan sólo las consecuencias y los daños resultantes del síndrome de estrés.
Ninguno de ellos trata las causas básicas. Todos ellos implican procedimientos relativamente complicados y requieren mucho tiempo, y no se prestan a la aplicación sobre el terreno.
Debido a que estos enfoques son temporales, consumen tiempo, y a menudo son caros, la gente los intenta por poco tiempo con entusiasmo, pero su entusiasmo se desvanece porque en el fondo nada ha cambiado realmente.
Las mismas percepciones básicas del mundo persisten. Las mismas presiones emocionales están ahí. La personalidad sigue siendo la misma. Las circunstancias de la vida no han cambiado. El nivel de conciencia no se alteró. La psicología de la persona es la misma. Las expectativas continúa como antes y la vida, por tanto, continúa como antes.
Sin un cambio de conciencia, no hay ninguna reducción real del estrés.
Sólo se mejoran las consecuencias. Todas estas técnicas tras los hechos y tratamientos sí ayudan y a menudo alivian una condición dada y traen algo de alivio, pero dejan intacta la base del problema. Uno puede seguir todas esas técnicas y seguir siendo la misma persona propensa al estrés”.
EL CAMBIO PSICOLÓGICO, DE CONCIENCIA Y DE PERCEPCIÓN.
Todo lo que hagamos para cuidarnos, relajarnos y darnos mimos será genial y un complemento perfecto para reducir el estrés y disfrutar de una vida más bonita; siempre y cuando vaya acompañado de lo anterior.
Un ejemplo es el ejercicio. Nadie duda, y está demostrado, que la práctica de ejercicio regular mejora y reduce los niveles de estrés. Pero…¿Y qué pasa si durante una temporada, por las razones que sean, no puedes hacer ejercicio?
¿Qué pasaría con tu estrés? Dirías…tengo estrés porque no puedo ir al gimnasio? El origen del estrés no está en ir o no ir al gimnasio ¿verdad? Aquí, en este contexto, el gimnasio sería la aspirina para combatir el estrés…sin embargo no estábamos revisando, descubriendo, y atajando las verdaderas razones de ese estrés.
En este caso, con el ejercicio, estaríamos mejorando las consecuencias del estrés, pero en ningún caso combatiendo las causas reales.
Sin un cambio de conciencia, no hay ninguna reducción real del estrés.
Los nuevos niveles de conciencia cambian la percepción y abren nuevos horizontes.
Los patrones rígidos dan paso a la flexibilidad.
Durante muchos años, sufrí intensos dolores de espalda; contracturas musculares, y durante años fui regularmente a darme masajes.
¿Estaban los masajes atajando de raíz mis contracturas?
Lo que hacían era un alivio temporal, porque las verdaderas razones de mis contracturas no estaban en mis músculos, ni la solución en las manos de mi masajista; sino que el origen de mis problemas musculares estaba en mi mente, y en lo que estaba sucediendo en mi vida, y en la manera que estaba respondiendo emocionalmente a todo ello. ¡Eso no lo puede solucionar ningún masaje!
En la actualidad, mis músculos a veces se tensionan, y rápidamente me doy cuenta de que están respondiendo a mi estado mental y emocional. Y desde ahí puedo corregir la situación, porque sé que sólo yo puedo, que es mi responsabilidad y tengo herramientas para ello.
Me sigue encantando darme masajes y me los doy de vez en cuando. Disfruto muchísimo de ellos. Ahora disfruto mucho más que antes y los veo como una manera de cuidarme, mimarme y darme placer, pero no como la solución a mis contracturas musculares, que sólo remitieron con mi cambio de conciencia, de percepción y de vida.
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