¿Haces tú el camino, o te limitas a caminar?

Quizás cuando aumentamos nuestra consciencia vemos desde otros ángulos y perspectivas; se me representa visualmente como si fuera una vista de pájaro; como si vieras desde algo más allá que nuestras propias gafas.

Desde ese punto de mira, observo con tristeza, cuántas vidas hay “desvividas”; cuántos muertos en vida, que caminan por la vida sin enterarse de que la vida grita por impregnarse en ellos.
Con tanta prisa…con tanto por hacer… como si no pudieran pararse en alguna parte del camino para ver a dónde van y detenerse a mirar también el trayecto recorrido.

¡No tienen tiempo! ¿Y qué es el tiempo? ¿Y para qué sirve, si no es para poder detenerlo a veces? ¿Para qué sirve el tiempo si no dejamos que nos transforme? ¿Sólo sirve para recorrerlo como si fuera una mera carretera de paso?

Podemos pasar por la vida, o podemos dejar que esta se impregne en nosotros, dejando que nos transforme.

La transformación a la que me refiero es la que surge de dentro, en lo más profundo de nuestro ser y que nos convierte en seres más sabios, sencillos y compasivos. No me refiero a la transformación que consiste en acumular capas de decepción. amargura y escudos protectores. Lo vemos en nuestra sociedad, donde abunda la queja y la decepción, pero no se hace una lectura responsable de las situaciones y se aportan soluciones.

No conozco vida alguna, incluyendo la mía, en la que no haya habido problemas, dolor y decepciones. Eso forma parte de la experiencia humana; pero siento que esa experiencia no puede limitarse a ser sólo eso.
Podemos vivir así, o podemos vivir más despiertos, teniendo plena consciencia de cómo las experiencias que acumulamos nos impregnan y nos transforman, porque para eso son; para que evolucionemos; si no es así, simplemente caminaremos, pero no habremos hecho el camino.

Ahora, cuando hecho la vista atrás, puedo ver las innumerables enseñanzas que encerraban tantas experiencias que en su momento sólo viví como injustas y dolorosas; pero también observo con tristeza como tanta gente cercana a mí, de tales experiencias sólo han extraído desgaste, desilusión y agotamiento.

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