La felicidad no es un estado de euforia, ni la ausencia de problemas, ni tiene que ver con estar todo el día dando saltos de alegría…¡no!
La vida, es una sucesión de acontecimientos, que por mucho que se empeñe nuestra mente controladora, escapan con mucho a ese control. Tampoco tenemos poder para cambiar a las personas de nuestro entorno ni su comportamiento.
La mayoría de las personas, creen que la felicidad depende de factores externos. Que cuando estos son favorables, según los dictados de la mente, entonces…ya se están dando las condiciones para poder ser feliz.
Que cuando suceda esto o aquello…entonces será el momento de ser feliz.
Cuando termine los estudios, cuando tenga pareja, cuando termine de pagar la hipoteca, cuando tenga hijos, cuando mis hijos crezcan, cuando…
Siempre posponiendo la felicidad, aplazándola y haciéndola depender de factores externos.
Hace poco escuché esta frase que resonó muchísimo en mi interior: «éramos felices…y lo sabíamos».
¿Cuántas veces, echando la vista atrás, sentimos la nostalgia de no haber saboreado el momento…de haber sido felices, y no haber sabido verlo entoces?
La felicidad no tiene nada que ver con los estados de euforia, ni con estar de»subidón».
La felicidad está en la presencia y aceptación de cada momento.
La felicidad está en la vida que transcurre en cada instante.
Porque la vida, es eso que sucede ahora, mientras haces planes para luego.
La felicidad, lejos del ciclón del «subidón», es un estado de serenidad sostenida en el tiempo. La serenidad que te da la aceptación del momento presente, más allá de las interpretaciones de la mente.
También puede haber felicidad y belleza en momentos de tristeza o soledad, siempre que haya aceptación y presencia.
Porque la felicidad tiene mucho que ver con aceptar y abrazar las polaridades de la vida y de nuestro interior; nuestra luz y nuestra sombra, nuestra alegría y nuestra tristeza.
Más allá de los acontecimientos externos, podemos ejercer nuestro auténtico poder y nuestra verdadera libertad, cuando dejamos de juzgar lo externo y cambiamos nuestra percepción interna…porque no es lo que sucede fuera, sino lo que percibo dentro lo que determina mi estado de paz o de lucha.
Y…¡sí!; se puede ser feliz, sin estar alegre las 24 horas del día, y con dificultades y desafíos externos.
Puede haber un mar en calma en tu interior, a pesar del temporal externo.
La felicidad está asociada a nuestra percepción interna y no a nuestra realidad externa.
Aquí y ahora…ya tienes todo para ser feliz.
Abrazando tus luces y tus sombras.
Carina dice
Siempre pense que el dia que me case iba a ser feliz… y esperaba y esperaba y me ponia ansiosa y frustrada. Ahora se disfrutar cada momento presente por mas simple que sea como tomar un cafe o dormir la siesta… eso es felicidad….
Salomé Gonzalo dice
Eso es! la felicidad está en cada momento sencillo, siempre y cuando estemos presentes en él.