La semana pasada, en una charla que daba acerca de relaciones de pareja…se suscitaron varias dudas acerca de lo que es, o no es egoísmo.
En este artículo quiero dar un apunte acerca de la diferencia entre conservar y ejercer tu individualidad dentro de una relación, pilar fundamental de la salud de la misma y lo que es el egoísmo.
Estamos en una era de profunda transformación y revolución de las relaciones afectivas y de pareja. Ya no solo hay un modelo de pareja y relación, sino que se hace necesario cuestionarnos cuál es el modelo que queremos para nuestra vida.
Debemos aspirar a una relación en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos, y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar y felicidad. La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo, está llamada a desaparecer en este inicio de siglo. El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos. Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado más a la mujer. Ella abandona sus características, para encajar en el proyecto masculino. Se nos ha inculcado a las mujeres que la familia es el valor fundamental; y de alguna manera muchas mujeres se sienten culpables de seguir el impulso de su propia vida y deseos. He trabajado con muchísimas mujeres que arrastraban el lastre de la culpa, o la manifestación de un conflicto interior solapado entre lo que realmente ellas querían y lo que consideraban que “debían”.
También la teoría de la complementariedad: el otro tiene que saber hacer lo que yo no sé y completar y llenar mis huecos; saber hacer lo que yo no sé, o ser hábil en lo que a mí no se me da bien.
El egoísta no tiene energía propia; él se alimenta de la energía de los demás, en cualquiera de sus formas. La nueva forma de amor, tiene un significado totalmente diferente. Las relaciones de la nueva era apuntan a la aproximación de dos enteros, y no a la unión de dos mitades. Y esta forma sólo es posible para quien ha conseguido trabajar y conquistar su individualidad. Cuanto más capaz eres de vivir solo, más preparado estarás para una buena relación afectiva.
Cuanto más disfrutas de tu soledad, más disfrutas del regalo de la compañía.
Deja una respuesta