Si tenemos la creencia de que el amor es una prisión; te sugiero que te propongas seriamente cambiarla por algo más halagüeño y que pueda hacer de tu vida y de tus relaciones de pareja algo más constructivo y feliz. Porque nuestras creencias conforman nuestra vida; así que si vemos la pareja como una cárcel irremediablemente en eso se va a convertir. Yo personalmente también estuve en algún momento de mi vida (bastante largo) alimentando esa creencia. Hace tiempo que me propuse cambiarla por esta mucho más potenciadora: la pareja es un lugar de crecimiento personal; el espacio donde más puedo aprender de mi mismo y mi pareja es mi mejor gurú. Desde este pensamiento me va mucho mejor.
Cada persona que pase por nuestra vida siempre va a enseñarnos algo sobre nosotros que necesitamos conocer. Es un encuentro privilegiado en el camino hacia mí mismo. Por mala que haya sido la relación, algo hemos aprendido de ella seguro; algo de nosotros necesitaba salir a la luz. La actitud más sabia es la de estar agradecido a todos los maestros/as que hayan pasado por nuestra vida. Deja de tenerle rencor a tus ex; si estuvieron en tu vida ha sido por algo, y tu tuviste mucho que ver en esa elección; seguro que era la persona que en ese momento necesitabas. Así mismo si alguien se ha ido o se va de nuestra vida, es porque seguramente ya no pintaba nada en ella.
Tampoco es cierto que el perfecto amor sea para toda la vida. Ahora mismo la vida es muy larga; y puede ser que sí, o puede ser que tengamos amor toda la vida pero no necesariamente con la misma o el mismo. Eso sí; cada persona a la que hayamos amado, deberá tener siempre un lugar de amor y reconocimiento en nuestro corazón. Eso no es incompatible con la siguiente pareja; más bien es necesario para poder empezar una nueva relación. Desde el rencor hacia una antigua relación poco podemos aportar a la siguiente.
El encuentro con el otro es siempre una nueva oportunidad para encontrarse con uno mismo, el vínculo de pareja en ese sentido es el mejor de los encuentros.
En ese encontrarse los dos, marchamos a la meta de la individualidad pero juntos. El amor saca de su aislamiento a la personalidad individual y la conduce a la complejidad del nosotros.
Eso sí, se siempre tu mismo; no te pongas máscaras para tratar de gustar y ser aceptado. Se transparente con tu pareja. Cada vez que nos encontramos con alguien que nos autoriza a ser quienes somos, invariablemente nos transformamos. Se tu mismo y acepta desde el corazón que tu pareja sea quien es.
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