La relación que tenemos con los demás es reflejo de la que tenemos con nosotros mismos. La autoestima no es mirarnos en el espejo y vernos la más hermosa del mundo ni el más apuesto del lugar. No; es mirarnos y ser capaces de aceptar lo que vemos; sin juicio, sin crítica.
No ha de depender tampoco de lo bien o mal que hagamos las cosas; de lo perfectos o no que seamos en los resultados. Es aceptar la imperfección que existe dentro de nosotros; que por otro lado somos seres perfectos.
Autoestima es aceptación de lo que somos. No hay pelea; no hay conflicto; hay una mirada cómplice, dulce y compasiva hacia nosotros. Nos permitimos equivocarnos y aprender de los errores en vez de castigarnos y culparnos.
Cuando hay esa aceptación, sí puedo mejorar y avanzar cada día con la tranquilidad de saber que si me caigo una mano amiga, la mía, me va a ayudar a levantarme, en vez de apalearme y recriminarme. Date permiso para ser tu mismo y felicítate por cada intento, por cada logro aunque ahora te parezca pequeño. Ten una lupa de aumento para estos casos y deja el microscopio para los errores; así unos crecerán mientras otros apenas se harán perceptibles a tus ojos.
Esto requiere de cierto trabajo y entrenamiento; pues no estamos acostumbrados. Más adelante te daré un sencillo ejercicio para que practiques el amor hacia ti mismo.
Cuando estamos entrenados en aceptarnos y perdonarnos; entonces y sólo entonces podremos hacerlo con los demás.
Haga lo que haga, todo empieza conmigo como protagonista; todo parte de mi y de la percepción que tengo yo de mi mismo. Normalmente el malestar, enfado o trato desconsiderado que tenemos hacia los demás, es el reflejo de alguna pelea interna; está demostrando un episodio nuestro no resuelto, un conflicto interior.
Puesto que todo lo proyectamos desde nuestro interior, saber relacionarnos con nosotros de forma pacífica, flexible y cariñosa, será el primer paso para una buena relación con los demás.
La forma con la que yo me mire será la misma con la que te mire a ti.
Voy a proponerte un sencillo ejercicio, pero a la vez muy potente para mejorar tu autoestima. Es demasiado fácil para nuestro ego, pero no por ello menos poderoso para nuestra psique.
Se basa en una propuesta de Louise L. Hay. Uno de los ejercicios que propone, es repetir delante del espejo, mirándote a los ojos la siguiente frase: “ me acepto y me quiero exactamente como soy”. Es probable que al principio tengas alguna discusión interna. No le hagas caso y sigue con el experimento. Sólo así podrás saber el resultado. Ya te adelanto que merece la pena. Es importante trabajar en este aspecto.
“El trabajo con el espejo es muy poderoso. La mayor parte de los mensajes negativos que recibimos de niños venían de personas que nos miraban directamente a los ojos, y que quizá nos amenazaban con un dedo. Hoy, cada vez que nos miramos al espejo, casi todos nos decimos algo negativo: nos criticamos por nuestra apariencia o nos regañamos por algo. Mirarse directamente a los ojos y expresar algo positivo sobre uno mismo es, en mi opinión, la manera más rápida de obtener resultados con las afirmaciones”. Louise L. Hay
Elda dice
Salo, creo que me voy a comprar esa «lupa de aumento»…
CARMEN ROSA RODRIGUEZ dice
MUY BUENO, ESTAS HACIENDO 1 LABOR DE AYUDA MARAVILLOSA, YO EN PERSONA TE DOY INFINITAS GRACIAS 1 BSTO CREO QUE ME COMPRARE MAS DE 1 LUPA….
Franks dice
muy buen articulo…. y tus paginas encantadoras para autoayuda….. muchisimas gracias por tan valiosas informaciones
Salomé Gonzalo dice
Muchas gracias Frank.
Un abrazo
E.G.B dice
Excelente