Últimamente he podido comprobar de forma reiterada como una de las cosas que más distancian a las parejas y más daño ocasionan a la relación es acumular causas pendientes.
Es realmente perjudicial y tóxico para la relación de pareja el dejar para otro momento, ir acumulando para mejor ocasión las dificultades y diferencias.
Tener el acuerdo en la pareja de no postergar las aclaraciones necesarias que cada miembro de la relación precise puede evitar muchos conflictos y mucho desgaste.
Nunca deberíamos dejar que una relación quede atascada confiando en que las perturbaciones desaparecerán solas dejando pasar el tiempo. Es necesario pasar a la acción y resolver en el momento. La costumbre de aclarar las cosas en el mismo instante será muy beneficioso para la salud, autoestima y paz de cada uno.
Cuando dejamos temas pendientes se va acumulando resentimiento y toxinas. Así resulta que muchas veces una pequeñez hace estallar la ola de los truenos destruyendo todo lo que encuentra a su paso. ¡ No acumules!
Este diálogo debe tener siempre una intención positiva y honesta y hacerse desde la asertividad y desde la primera persona. Es decir, si hay algo que no me ha gustado lo expreso desde mi; desde cómo me siento. Por ejemplo. Si no te gusta algo que ha hecho tu pareja dile: “ me he sentido/ o me siento… cuando haces o dices…”. Esto es muy diferente a atacar. Dile lo que deseas, cuál es tu visión, en vez de quejarte sin más.
Es imprescindible que cada persona se sienta escuchada por la otra parte sin ser interrumpida ni juzgada.
El objetivo deber ser encontrar la paz y no la bronca. Construir y no destruir. La solución no pasa por empeñarse en encontrar cosas erróneas en la otra persona, señalar continuamente las faltas; hacer que la otra persona se sienta equivocada y mal y ponerme yo la medalla. Esta sería la solución del ego. La solución del amor es aquella en la que los dos desde el respeto a sí mismos y al otro encuentren la opción que mejor sea para la pareja; el pensamiento más elevado, positivo y que ocasione mejor bienestar. Unas veces será el tuyo y otras veces el del otro.
La próxima vez que te sorprendas quejándote o empezando una discusión con tu pareja pregúntate: ¿Qué es lo que quiero conseguir con esto? ¿A dónde me va a llevar este camino y cuáles serán las consecuencias? Párate; respira hondo y reconduce el asunto desde la inteligencia, la paz y el amor.
Marce dice
Me gustaría que leyeras esto y me dijeras que te parece. Un beso