Una relación basada en el amor…podemos convertirla en una pesada carga, en el momento que la llenamos de obligaciones y renuncias… ¿Qué estás dispuesto a dar tú? ¿Qué estás dispuesto a perder o sacrificar?
Las relaciones basadas en el sacrificio y la renuncia tienen los días contados…terminarán en ruptura o serán fuente de infelicidad.
“Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura. Debería ser un regalo, dado o recibido, pero no se debería exigir. De lo contrario, muy pronto estaréis juntos, pero tan separados el uno del otro como las estrellas lejanas. No habrá lazos de comprensión que os unan; no habréis dejado siquiera espacio para el lazo que os pudiera unir.” Osho.
Os dejo aquí un relato extraído de Akhari Kavita, El último poema, de Rabindranath Tagore.
Dos jóvenes se enamoran y, como suele ocurrir, enseguida quieren casarse. La mujer dice:
-Sólo con una condición…-Ella es una mujer muy culta, muy sofisticada muy rica.
El hombre dice:
-Aceptaré cualquier condición; no puedo vivir sin ti,
Ella contesta:
-Primero escucha la condición y luego piénsalo. No es una condición normal. La condición es que no vivamos en la misma casa. Yo tengo un terreno muy grande, un bello lago rodeado de árboles, jardines y césped. Te construiré una casa en un lado, justo enfrente de la mia.
El hombre dijo:
-Entonces, ¿para qué nos casamos?
Ella le contestó:
-El matrimonio no es destruirse uno al otro. Yo te doy tu espacio, yo tengo mi propio espacio. De vez en cuando nos encontraremos caminando por el jardín; de vez en cuando yendo en barca por el lago, de casualidad, nos encontraremos. O a veces puede que te invite a tomar el té o me invitarás tú.
El hombre dijo:
-Esa idea es absurda.
La mujer le contestó:
-Entonces olvídate de boda. Es la única idea correcta; sólo así nuestro amor puede seguir creciendo, porque permaneceremos siempre frescos y nuevos. Nunca daremos al otro por sentado. Tengo todo el derecho a rechazar tu invitación, igual que tú tienes todo tu derecho a rechazar la mía; nada va a perturbar nuestras libertades. Entre esas dos libertades crece el bello fenómeno del amor
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