De mis procesos de coaching y de la observación e investigación de las parejas, he constatado un poso de desencanto en la mayoría de las personas, respecto a sus relaciones; en el sentido de que casi nadie cree que su pareja le aporta TODO lo que les gustaría que les aportase, y esa insatisfacción puede encontrarse a todos los niveles…más apoyo, más escucha, más comunicación, más y mejor sexo, más que me deje en paz, más que me deje más espacio, más que esté pendiente de mi, más…lo que sea. La mayoría de las personas tienen un “pero” para su relación y un “me gustaría más…”
Cuándo yo les pregunto: ¿Qué es para ti una relación de pareja? o ¿Para qué una pareja?
Las respuestas más comunes suelen ser…alguien que me hace feliz, alguien que me llena la vida, alguien que me complementa, alguien que me acompaña…
Y…aquí está el quid de la cuestión. ¿Qué es ese TODO, que debería de aportarte tu pareja y no lo está haciendo?
Para el ego, el problema, el vacío o el desencanto…siempre viene del mundo exterior…pero… ¿es así?
Elena, que es un nombre ficticio, cuando me vino a ver, tenía muchísima rabia acumulada hacia su pareja, a la que continuamente increpaba como la responsable de sus frustraciones y problemas. Descubrimos, que su frustración nada tenía que ver con la relación…sino que era un vacío interior… un dolor interno que estaba proyectando en su pareja. Es una manera muy frecuente de huir del dolor, de no enfrentarlo. Fue un gran descubrimiento para ella que cambió radicalmente su percepción de su relación, el darse cuenta de que el cabreo y el enfado en realidad eran con ella misma y con aspectos de su vida.
Estamos trabajando en esto…en su vida, en sus frustraciones, anhelos y dolores para que empiecen a emerger proyectos y nuevas ilusiones en su propia vida…que sin duda alimentarán y enriquecerán su relación de pareja.
Ninguna pareja es nuestro salvador…NADIE PUEDE LLENAR lo que sólo podemos llenar nosotros mismos.
Las relaciones no son la causa de la infelicidad y el dolor…sino que sacan la infelicidad y el dolor que tenemos dentro. Por eso son el escenario perfecto para que podamos transformarnos nosotros mismos, ocupándonos de lo que necesitamos sanar, transcender e incorporar a nuestro interior. Las relaciones…están hablándonos de viejos programas, patrones distorsionados de nuestro ego que debemos soltar y dejar atrás, porque si nos aferramos a ellos cada vez habrá más dolor y desencuentro.
No podemos llenar con nada; ni con cosas, ni con personas o relaciones los vacíos de nuestra alma. En ocasiones, podrá parecer ilusoriamente que lo conseguimos, pero en cuanto desaparezca el enamoramiento inicial…volveremos a sentir el “dolor”, y se lo proyectaremos al otro.
Tu relación de pareja…te está dando pistas a cada rato de lo que es tuyo, y por tanto te toca a ti ocuparte.
La finalidad de la relación es hacerte consciente, no hacerte feliz. Nos aportan crecimiento a cada rato. El amor ya está en ti…es tu estado del ser; está en ti y no depende de otros. No puedes dejar de tener amor, ni puedes perderlo, ni puede dejarte, porque está en ti.
De cualquier manera, ninguna relación por profunda, armónica e incondicional que sea, puede llenar todos los aspectos de tu vida; ése no es su cometido. Tu vida te corresponde a ti, y la suya al otro. El mundo es muy grande, y hay muchas cosas, actividades, vivencias por explorar e integrar a nuestra vida.
De ese “TODO” que buscamos en la pareja…encontraremos ALGO, y será maravilloso tener ese “algo”; lo demás nos corresponde a nosotros como adultos; llenar nuestros vacíos, sanar nuestras heridas y ocuparnos de nuestras necesidades. Y entonces ese algo…lo recibiremos con agradecimiento y sin la frustración de no ser todo…PORQUE SABES QUE YA NO NECESITAS TODO DEL OTRO…PORQUE LO TIENES TODO DE TI.
¿Te tienes a ti mismo del todo, de manera inconcional?
¿Sabes cómo llenar tus vacíos y gestionar tu dolor?
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