Somos el reflejo de cómo manejamos nuestras emociones.
Las emociones son energía. Esa energía se manifiesta en nuestro cuerpo físico; de ahí la importancia de aprender a escucharlo. La energía es movimiento. Las emociones piden que hagamos algo, que nos movamos. Nos informan de algo que pide respuesta. Esa respuesta siempre es movimiento. Si hacemos la acción correspondiente esa energía circula, tiene salida, se transforma. Así el cuerpo recupera el equilibrio anterior y la emoción ha cumplido su función.
Si por el contrario reprimimos esa expresión de la emoción, bloqueamos esa energía, que va a seguir latente y activa. Así en momentos de tensión tenemos reacciones desproporcionadas frente a una circunstancia que no merece tal reacción. Eso nos desconcierta , nos sorprende y nos hace sentirnos fuera de control.
Las emociones bloqueadas generan dolor, ansiedad y enfermedad.
La forma en que expresamos y gestionamos nuestras emociones viene condicionada por la manera en que nos permitieron manifestarlas en nuestra infancia nuestros padres, profesores, cuidadores. Desgraciadamente en nuestra cultura no se nos enseña cómo gestionar y regular adecuadamente éstas. Así, si por ejemplo, si cuando lloramos se ríen de nosotros o nos dicen perlitas como “los hombres no lloran”, aprenderemos a reprimir el llanto. Así como a ocultar nuestro enfado si nos reñían cuando nos enfadábamos. También han podido interrumpir y censurar momentos nuestros de alegría mermándonos así nuestra capacidad de placer y disfrute.
El resultado es que aprendemos a no prestar atención a las emociones, a no sentirlas, a intentar anestesiarlas bloqueándolas. Pero ese bloqueo sólo será temporal, porque algo desencadenará que en el momento menos pensado salga esa energía como una olla exprés reaccionando de forma desproporcionada ante una situación.
Hay una creencia generalizada de que son los demás los que nos sacan de quicio y los que nos crean todos los sentimientos y emociones, cuando la realidad es que si no los tuviéramos almacenados dentro de nosotros no se activarían o lo harían en su justa medida y no desproporcionadamente
Es importantísimo para nuestra salud, equilibrio personal y para nuestras relaciones que aprendamos a gestionar y dar salida de forma adecuada a nuestras emociones. Que les prestemos atención para expresarlas y movilizarlas en vez de bloquearlas.
Un profesional experto en este campo dispone de herramientas efectivas para enseñarnos y acompañarnos amorosamente a ir soltando y liberando nuestras viejas y bloqueadas emociones.
sonia dice
Hola me llamo Sonia, es curiosos que unas palabras digan tanto sobre uno mismo, es lo que me pasa, por nada que no tiene importancia sale cosas muy feas y luego me arrepiento.
¿Solo un profesional puede orientarte,o con libros, link, etc puedo canalizar mis bloqueos?
Gracias.
Elisa dice
Tu pluma avala tu gran alma . Gracias por compartir con todos nosotros tan valiosa información que nos permite este » despertar» y estar presentes. Un gran abrazo. Elisa
salome gonzalo dice
muchas gracias Elisa! tus palabras me animan a seguir escribiendo y compartiendo. Un abrazo
mariela scandroglio dice
interesante esta información, tengo una pregunta, como movilizar las emociones, las reconozco, a veces las acepto pero como las movilizo. gracias, nos hace mucho bien a quiernes los seguimos todo lo que comparten. abrazoas
Betty dice
Gracias sé que hemos aprendido mucho con tus concejos, que nos ayuda a ser mejor persona cada días te felicito.Salome saludos.
Salomé Gonzalo dice
Muchísimas gracias Betty por tus palabras.
Me alegra mucho que puedas aplicarte algún consejo.
Un abrazo y gracias por leerme