QUÉ ES, PARA QUÉ ES Y QUÉ SE CONSIGUE
No se trata de musicología, armonización de chakras, o utilización del sónido sin más.
ES UN MÉTODO TERAPÉUTICO CONCRETO, creado y desarrollado por Marly Kuenerz. Una aplicación concreta y sistemática del sonido sobre núcleos conscientes e inconscientes localizados espacial y corporalmente, para eliminar de la memoria celular miedos, ansiedad y recuerdos dolorosos del pasado.
Este método tiene su aval en los más de 30 años de experiencia e investigación por parte de Marly Kuenerz, que la convierten hoy en día en uno de los máximos referentes en el mundo de la psicología clínica y la terapia transpersonal.
Es una terapia basada en el sonido de los cuencos tibetanos que accede y modifica memorias corporales, recientes o antiguas.
El cuerpo guarda las impresiones en una parte concreta del cuerpo, donde sufrió el impacto de la experiencia.
Es decir, el cuerpo guarda registro a nivel celular de los impactos de nuestro psiquismo.
El sonido hace vibrar a la materia, siendo capaz de romper y modificar su estructura, sin poder hacer nada para impedirlo. Es imposible que esa vibración no penetre. El sonido vibra cambiando nuestra organización molecular.
Al actuar sobre la memoria corporal, es capaz de deshacer tensiones crónicas, imágenes, hábitos emocionales distorsionados…
El sonido correctamente empleado, provoca una limpieza emocional profunda y utilizando palabras de Marly Kuenerz tiene “el don de lavar el alma”, de armonizar nuestro sistema nervioso.
En la cultura hindú se atribuye la creación del mundo al sonido OM, que es el sonido primordial, creador de todo lo que existe. Postula sintonizar con este sonido creador, para armonizar cualquier situación.
Los chamanes (el sistema más antiguo, entre 20 y 50.000 años de antigüedad) utilizaban para sanación el ritmo repetitivo de los tambores.
Lo más asombroso…la facilidad con la que se produce el desbloqueo…porque es inevitable que la vibración actúe, penetrando, liberando y soltando, más allá de la lógica de la razón, y lo hace de forma sutil, sin forzar ni imponer nada, de forma armónica y placentera, consiguiendo que cosas arraigadas durante años y años encuentran su solución casi sin intervención del terapeuta, que sólo sirve de guía de lo que va surgiendo espontáneamente. El problema o bloqueo brota de dentro y el sonido lo transforma, haciendo que de dentro de la propia persona brote también la solución.